Javier Gómez Molero presenta su nueva novela Desmadre en la ermita, ambientada en Lucena

Un concurrido Palacio Erisana acogió anoche el acto de presentación del libro Desmadre en la ermita, la nueva novela del escritor lucentino Javier Gómez Molero, ambientada en el verano de 1960 en Lucena y en la que, según contó su autor, mezcla recuerdos y vivencias personales con anécdotas y sucedidos que otras personas le han transmitido a él, así como la imaginación y la pura ficción literaria.

La presentación de la obra estuvo a cargo del alcalde en funciones de Lucena, Juan Pérez Guerrero, que permaneció en la primera fila del patio de butacas pues sus problemas de afonía le impidieron leer el texto que había preparado a la sazón, al cual dio lectura en su nombre desde el escenario la concejala de Cultura en funciones, Carmen Beato.

Pérez destacó que Desmadre en la ermita refleja con precisión “escenas muy nuestras” de Lucena “pero en contextos más amplios” del tránsito de década de los 50 a los 60 del pasado siglo y con el cambio social y económico que ya empezaba a vislumbrarse.

El presentador también puso de relieve que el libro recoge hechos de la historia lucentina de aquel momento, como la trágica riada del Cascajar, así como personajes como D. Abundio, Concha, Inés o Domingo el practicante, reales en unos casos e inspirados en otros en algunos vecinos de la Lucena de la época, quienes desde lo cotidiano representan la historia del pueblo de Lucena, indicó Juan Pérez, que considera que la lectura del nuevo trabajo de su amigo Javier Gómez “es amena, con fragancia local” y que “es una novela divertida que alimenta y agudiza la imaginación de los lectores”.

Por su parte, Isabel Montes, responsable del sello editorial Excellence que publica Desmadre en la ermita, explicó que fue en el acto de presentación hace un año de la anterior novela de Gómez Molero, El asesino del cordón de seda, cuando se enteró de que el autor llevaba veinte años elaborando una novela ambientada en Lucena, temática que de inmediato despertó su interés como editora, dijo Montes, muy vinculada a nuestra ciudad porque su padre era lucentino.

Ahora, de esa novela que ayer vio la luz públicamente, Isabel Montes resaltó que sus protagonistas sean la inocencia de un niño y su valentía, así como la propia Lucena, junto a personajes inolvidables en las subtramas, el sentido del humor característico del estilo del autor y su maestría como escritor, además de un “final que nadie puede olvidar”, comentó Isabel Montes.

Tomó la palabra por último Javier Gómez, que dio las gracias por su asistencia a los presentes y también a su editora por la confianza que deposita en su persona como escritor, a Pepe Huertas que puso el toque musical al acto interpretando canciones que en las fechas en las que está situada la novela eran las que sonaban en la radio y también cantaba su madre en el hogar de los Gómez Molero, y a Juan Pérez, a quien deseó lo mejor en su nueva etapa vital.

El autor evocó la Lucena de su niñez, reflejada en su libro, muy distinta a la actual en la que aun siendo niño fue consciente de las enormes diferencias sociales que había y de las penurias económicas que sufrían muchas personas, pero también era una Lucena en la que desde pequeño aprendió a respetar a sus mayores y a vivir la vida como una forma de esfuerzo.

Javier Gómez añadió que Desmadre en la ermita no es una novela autobiográfica, y que el niño que aparece en la portada no es él, sino su cuñado Miguel Ángel tristemente desaparecido, si bien sí recoge cosas que le pasaron a él, o a otros niños y personas de las que fue testigo, o que le contaron con posterioridad.

Humor, suspense, intriga, llanto, recuerdos, imaginación y ficción son las claves que se concitan en esta novela, según su autor, que espera guste al público, despierte la pasión por leer y provoque en Lucena toda una ola de “desmadremanía”.