Salud, dinero y amor, por Pepe Morales

salud, dinero y amorCorren malos tiempos para la ilusión y aciagos para los deseos. El rito de las uvas, viendo a señoras mostrando carnes junto a sus compañeros vestidos de impoluto traje demodé, se completa con brindis al sol y deseos todo a cien entre los que destacan los clásicos de salud, dinero y amor. Ni siquiera tienen cabida en la noche de Reyes, llamada de la ilusión por ser ajena a la realidad, donde la familia cumple sus propios deseos con la excusa de atender los caprichos de una infancia acosada por el marketing navideño.

Cada día es más complicado definir el amor. En esta palabra, donde el sentimiento afectivo se encuentra en franca regresión y minoría, se emboza, taimado, el machismo, alentado por la ideología de extrema derecha negacionista de la igualdad hombre/mujer. Esta misma ideología priva de desear amor a todas aquellas personas que amen a otras al margen de un canon excluyente, persiguiendo al colectivo LGTBi con el odio y la crueldad propios de una época dictatorial que añoran y cuya vuelta reclaman públicamente.

Casi todo el mundo desea dinero suficiente para cubrir, al menos, las necesidades básicas de una vida repleta de agujeros como un queso emmental. En 2023, la ciudadanía ha gastado 3.318 millones de euros en Lotería de Navidad y el día 6 repetirá la paradoja de derrochar dinero para ganar dinero con el Sorteo del Niño. Dinero llama al dinero y es por eso que los gobiernos del Partido Popular perdonan impuestos a las grandes fortunas y se oponen a medidas como la Reforma Laboral, el IMV o el SMI que alivian al trabajador.

El deseo de salud es hoy más que nunca incumplido para quienes sufren la furia privatizadora de las derechas. La atención primaria está inmersa en pleno proceso de desmantelamiento por parte del presidente Bonilla, habitual modus operandi de su banda: el Madrid paraíso fiscal de Miguel Ángel Rodríguez, la Valencia corrupta de Camps y Barberá, la Galicia de Feijóo o la Murcia de Vox son el modelo. Han dimitido dos responsables de la Consejería de Sanidad mientras la enfermera que la dirige sigue cargándosela.

Tras más de un año sin publicar los datos, se descubre a más de un millón de andaluces en lista de espera para una operación o para consulta con el especialista mientras el gobierno de Bonilla riega con casi mil millones de euros a la sanidad privada cometiendo “infracciones legales insubsanables”, según ha apreciado el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de la Junta que ha anulado el procedimiento de adjudicación, ejemplo de la pésima gestión del gobierno andaluz que perjudica así la salud de los pacientes.

La atención primaria prácticamente no existe y los pacientes notan en sus bolsillos la eliminación de la subasta de medicamentos para beneficiar a la empresa de la consorte del presidente. A pesar de todas estas anomalías, denunciadas por sindicatos médicos y de enfermería, aparece Bendodo mintiendo y acusando a María Jesús Montero de maltratar la sanidad andaluza cuando fue consejera. Andalucía paga con su salud el desatino del misógino populista Spirimán al que el PP, por algo será, va a dedicar una calle en Granada.

Cabe recordar que los Reyes y Papá Noel no existen, que la Navidad es una feria de la vanidad y que la única forma de que los deseos sean atendidos es no votar a quienes tienen por objetivo joder la ilusión de las clases más desfavorecidas. La sociedad andaluza infantilizada acepta sumisa los engaños continuos de la camarilla pepera mientras roban en sus narices la Sanidad y la Educación públicas, además de propiciar una subida general de impuestos y tasas en ayuntamientos y diputaciones donde gobiernan.

Pepe Morales

Gardel vuelve a España, por Julián Valle Rivas

carlos gardel en españa lucenaCuando, hace unos tres años, insté al lector curioso, aquél que se rebela contra los modernistas parámetros del acomodo social, pastoreados por los insomnes acólitos del borreguismo, adentrándose con vigor en los ignotos laberintos del pensamiento ilustrado, dispuesto a aliviar de telarañas los recónditos recovecos del conocimiento humanista, a leer con admiración el ensayo guerrerense que recopilaba las andanzas del cantor Carlos Gardel por suelo patrio, lo hacía en la conciencia de que la obra quedaba abierta a la expansión, insuflada por el ímpetu de rescatar las historias desconcertadas por el camino del tiempo, vagantes o desterradas, proscritas o aisladas, siempre esperanzadas en soldar las líneas gravitatorias de la verdad, como fundamento del saber y acicate del espíritu crítico.


    Porque la Historia no es tal, si se imprime con la tinta corrediza de la especulación y la formulación indirecta del suceso; si no se acude a las fuentes originarias, primigenias, arrastrándose entre la papelería ocre, descuajaringada, quebradiza y escocida, que vence la horizontalidad de las baldas que cuadriculan los archivos desaforados por los pseudoinvestigadores más interesados en el brillo del escaparate que en la difusión responsable de los acontecimientos.


    Pero Manuel Guerrero se zambulle sin rubor en las hemerotecas prensadas con los tipos esculpidos por el barroquismo añejo, el que apuraba los márgenes y los saltos de página con la desesperación del que apura los últimos segundos de la vida que se le escapa. Por eso, Guerrero, maestro del verso, evaporado de rimas, corteja los espacios frescos de su ajetreada agenda pergeñada de metáforas con los cargantes y mohosos ambientes de los periódicos aliviados del deber de la actualidad y de los estudios argüidos por mentes colmadas por las minimalistas pasiones de aquellos que buscan traer a la luz los pasajes despreciados por las modas.


    También anunciaba, hace un trienio, que Guerrero disfruta de Gardel con la ilusión de quien saborea los rebordes sobresalientes de la excelencia, asumiendo el propósito, cual misión divina, casi utópica, de devolver a la historia socio-cultural nacional el minutaje de la trayectoria del artista sudamericano por España. Así que Gardel vuelve a España, a través de la segunda edición de «Carlos Gardel en España» (Cuadernos del Laberinto, 2023), para la que Manuel Guerrero se ha preocupado de ratificar, con estampa notarial, los puntos sombreados por una infundada apariencia de vacilación; de ampliar los datos con nuevos descubrimientos biográficos y, sobrecogido el ánimo completivo y aclarador, de multiplicar las notas a pie de página y las imágenes destacadas del relato episódico. Y lo hace con una narrativa clara y directa, circunscrita a la exposición detallada del relato histórico. Huye Guerrero, en su lenguaje, de los circunloquios, del estilo corrosivo y grimoso, enfermo de subordinadas encerradas en otras subordinadas, cuales piezas de muñeca rusa, que, aun no siendo incompatibles, en ocasiones, pueden confundir al literato que se embarca en la empresa del género del ensayo histórico, cuyo único anhelo ha de discurrir por los vibratos de la objetividad emitidos sin ambages, y no por la condensación literaria de la novela histórica. No quiero teclear, con esto, que el discurso guerrerense adolezca de fluidez narrativa; por el contrario, acomete el escenario con el purismo de un retratista, y dota a cada palabra de las letras precisas para plasmar, con su paleta de frases, el cuadro idóneo para el evento descrito. Construye el autor, entonces, un paisaje ensayístico ameno, portentoso de amor a la lengua y respetuoso con los condicionantes de una lectura apasionante y convincente. De una lectura adictiva, plagada de sugestiones al intelecto.


    Sin pretender reiterar lo ya manifestado por este humilde subscriptor en aquel citado título publicado en esta misma casa allá por el mes de marzo de 2021, el cual habrá de servir de antecedente necesario, remisión expresa del panorama guerrerense en torno a la figura gardeliana; atrae, pues, a un lector insaciable en la musculación de la inquietud cómo se pudo cruzar la vida de Gardel con la de otros ilustres personajes de su época de la talla de los integrantes de la Generación del 27, el dramaturgo Jacinto Benavente, el escritor Ramón María del Valle-Inclán, los toreros Ignacio Sánchez Mejías y Juan Belmonte, el barítono Emilio Sagi Barba, el pintor Ignacio Zuloaga o la sin par Familia Real. O cómo se publicitó el estreno de la película «Espérame», rivalizando diversas ciudades por apuntarse el tanto. O cómo transcurrió el paso del cantor por Andalucía. O sus periplos durante la final del Campeonato de España de fútbol de 1928. O su actuación en la reunión en la cual se homenajeó a José Ortega y Gasset, Eduardo Marquina y José Ortega Munilla.


    Manuel Guerrero, con esta segunda edición, «aumentada y corregida», de «Carlos Gardel en España», recupera para el buen lector la esencia más deslumbrante del genial artista. Aunque, por igual, recupera al Guerrero ensayista, al Guerrero que concede el descanso a la pluma del rapsoda para agarrar la del investigador, estudioso y analista… Y qué puedo decir, confieso que me deleito con la obra de ambos.

Julián Valle Rivas

Los Reyes Magos no son los padres, por Pepe Morales

reyes magos lucenaDicen que revelar a la infancia la verdad sobre los Reyes Magos es someterla a la peor de las crueldades, asesinar sus ilusiones y su inocencia, poco menos que destrozar sus vidas irremediablemente. Encaja mal esta creencia con la bondad intencional de educar a la ciudadanía alejada de la mentira, grave conducta castigada por la ley humana, artículos 458 a 462 del Código Penal, y la divina, octavo mandamiento. Educar en la mentira de los reyes magos es un delito y un pecado amnistiados socialmente por tradición.

En los aciagos tiempos de pobreza y hambre que trajo el golpe de Estado de Franco, los Reyes Magos eran una mentira piadosa con la que casi todas las familias justificaban la imposibilidad no ya de adquirir regalos, sino de servir una comida decente en sus mesas los días más señalados de las fiestas navideñas. Los padres hacían magia para convertir cualquier objeto cotidiano en regalo inesperado y agradecido. El lujo, cuando era posible, se limitaba al papel del envoltorio que era retirado con cuidado para ser reutilizado.

El aprendizaje del engaño a tan temprana edad acaba haciendo que forme parte de la mochila que cada individuo cargará a lo largo de su vida. La mentira está ahí, agazapada y atenta, como las camisas que las serpientes renuevan anualmente. A veces se instala de tal manera que la propia persona afectada por ella no es consciente de que miente cuando habla, normalmente porque miente cuando piensa. De ahí derivan la perturbación de la convivencia entre las personas y numerosos daños morales y materiales.

Los Reyes Magos blanquean la mentira y de pronto las personas educadas en ella ven normalizados los bulos y las noticias falsas como instrumentos preferentes de la acción política. Igual que la infancia da por hecho que los Reyes Magos son reales, así una parte de la ciudadanía adulta da por hecho que ETA sigue en activo, que el PP no es corrupto o que un seguro médico privado le atenderá algo más que un resfriado o una diarrea, ya sea anal o mental. Apostar por un Rey Mago de derechas es apostar por el carbón como regalo.

La infancia, inmersa en las pantallas desde los 0 años, sabe que los reyes magos son Amazon, AliExpress, el centro comercial o el hipermercado más cercano, sabe que los padres juegan el mismo papel de toda la vida: atender el capricho y pagar. Y han descubierto el bonus de que abuelos, titos, padrinos, amigos de la familia y el sursuncorda hacen exactamente lo mismo. Con la saturación de regalos de Reyes, a la que se suma la mentira de Papá Noel, niños y niñas son los auténticos reyes y reinas de las casas.

Otrosí, la mentira viene acompañada de un narcisismo personal e intransferible que deriva durante la adolescencia en la idea autocomplaciente del “porque yo me lo merezco”. En casos cada vez más frecuentes, esta falsa concepción individualista del mundo lleva a la violencia contra los progenitores, contra el profesorado y contra cualquiera que cuestione los caprichos de la juventud. Es el caldo de cultivo ideal para lacras como el acoso escolar, la violencia pandillera, la violencia de los hinchas o la violencia machista.

Mire usted al niño o la niña que tenga más a mano entre sus familiares y amistades, anote en una lista los regalos que ha recibido en Nochebuena y Reyes, sorpréndase de la cantidad, calidad y cualidad de los mismos, calcule por encima el dineral gastado, observe cómo disfrutan los destinatarios más pequeños con las cajas de los juguetes y hágase una idea de porqué actuarán de mayores de forma déspota, egoísta, consumista, capitalista. Piense que los padres no son los Reyes Magos: son el último mono.

Pepe Morales

El presidente, Hijo Adoptado de Granada, por Pepe Morales

moreno bonilla hijo adoptivo granadaEl flamante hijo adoptado de Granada es una desgracia para Andalucía como lo fue Susana Díaz: soberbia y sectarismo son una suerte de unidad de destino en lo universal de ambos ejemplares y sus respectivos partidos. La diferencia entre adoptado y adoptivo está en el mérito que no tiene el presidente, al contrario: su política en Andalucía lo hace acreedor a ser nombrado persona non grata. Pero los palmeros peperos han decidido manchar la dignidad de la provincia con el vergonzante nombramiento aprovechando sus mayorías absolutas.

La lista de agravios sufridos por Andalucía en general y Granada en particular es prolija y dolorosa. Sin ánimo de amargar las fiestas a nadie, baste analizar la extraña fijación del “moderado” con el color verde para hacerse una idea de cómo es capaz de mancillar a Andalucía y maltratar a los andaluces. En honor a la verdad hay que decir que el peligroso verde Vox es el único que respeta y de él cosecha ideas para su propio beneficio. Primero apoyado en la extrema derecha y luego motu proprio, se ha radicalizado.

El verde y el blanco son los colores de la arbonaida, la bandera de Andalucía. La palabra deriva del árabe andalusí “albulaida”, diminutivo de “balad”, que significa “mi tierra”, “mi país”. El radical de San Telmo intenta secuestrar este símbolo sacándose de la manga el “día de la bandera”. Sería creíble y hasta plausible si no fuera porque el 4D los suyos sacaron a las calles trapos rojigualdos y sus alcaldes han plantado en los municipios donde gobiernan hiperbólicos mástiles con el mismo trapo, relegando al olvido la blanca y verde.

Le molesta, le estorba el verde, sobre todo si se convierte en símbolo de lucha contra sus políticas, especialmente cuando inunda las calles para exigir que pare la privatización de la Escuela Pública. Y también le molesta el otro color de Andalucía, el blanco, convertido en símbolo de la lucha en defensa de la Sanidad Pública que también está privatizando con la voracidad neoliberal del PP y sus mayorías de gobierno. El deterioro de la Educación y la Sanidad públicas es evidente, tanto como el desvío de presupuesto a las privadas.

Del verde que impregna los campos, los parques y las casas de Andalucía, sólo le interesa el del césped de los campos de golf, asociado a la élite a la que perdona impuestos, a la especulación urbanística y al negacionismo climático. El verde patrimonio de la ciudadanía andaluza es un verde que cuenta con su más absoluto desprecio, como demuestra que haya conseguido, asumiendo las tesis de Vox, que sea Doñana la primera reserva natural expulsada de la Lista Verde de Áreas Protegidas Bien Gestionadas de la UICN.

Lo mismo ha hecho con Sierra Nevada, en la tierra que lo ha nombrado hijo adoptado. Es antigua la aspiración del PP para asfaltar Sierra Nevada, igual que la de perforar la colina de la Alhambra para ¡un ascensor!, la de escaleras eléctricas en el Albaicín o la de destrozar el Parque Natural para colocar un funicular. Hace poco, un incendio arrasó los Guájares granadinos bajo la sospecha de que Nerón tenía interés en instalar allí un parque eólico y el presidente adoptado no ha tardado en autorizar su instalación sobre las cenizas.

El verde es la Andalucía del poeta “Verde que te quiero verde. / Verde viento. Verdes ramas. / El barco sobre la mar / y el caballo en la montaña”, la del juglar “Amo mi tierra / lucho por ella / mi esperanza / es su bandera / verde, blanca y verde. / Verde, blanca y verde” y la del enamorado “Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna, / no hay más que unos ojos que mi vía son. / Ojos verdes, verdes como la albahaca. / Verdes como el trigo verde / y el verde, verde limón”. Nada que ver con la Andalucía verde del adoptado Moreno Boñiga.

Pepe Morales

Deporte, política y dinero, por Pepe Morales

jonrahmgolflucenaSe habla con estupefacción de la conversión de un golfista en golfo por obra y gracia de los cuarenta ladrones del Golfo que, con lo robado a costa del combustible fósil, maquillan sus dictaduras misóginas, homófobas, xenófobas, asesinas y teocráticas. No se debiera llamar deporte a un juego compatible con fumar y beber alcohol y cuyos practicantes no hacen el mínimo esfuerzo de llevar la bolsa con los palos para meter bolitas en los agujeros de los selectos y exclusivos clubes donde especulan y negocian las élites.

El deporte ha sido un eficiente transmisor social de valores desde las olimpiadas griegas. El pragmatismo romano comprendió que el espectáculo servía, además de distraer, para controlar al pueblo. El “panem et circenses” ha llegado a nuestros días y son jeques moros y fondos de inversión los beneficiarios de eventos deportivos convertidos en casinos donde juegan equipos con presupuestos totales similares al del Ministerio de Ciencia e Innovación en competiciones que mueven más dinero que el PIB de muchos países.

Lo importante ya no es participar, sino engordar bolsillos y vanidades. Los únicos valores que se pueden disfrutar hoy son los de cuatro negros desdichados que dedican parte de sus ganancias a aliviar la precariedad de sus países y sus paisanos. No hay mucha atención mediática a estos “imbéciles” que renuncian a mansiones, cochazos y rolex, vaya a ser que la audiencia adquiera pérfidos valores interpretables como comunistas, aunque sólo se trate de solidaridad, compromiso y humanidad, valores casi fósiles en el siglo XXI.

No sólo el deporte se prostituye y se vende al mejor postor. El periodismo es otro sector de influjo social que ha pasado del negocio de la información al de la propaganda, del libro de estilo al libro de contabilidad, del rigor y la objetividad al sesgo y la manipulación militante. Como en otros sectores de la economía, la concentración empresarial ha dinamitado la competencia en perjuicio del consumidor y ha adulterado gravemente la democracia, tal es el poder del Cuarto Poder. También el periodismo ha devenido en espectáculo.

Deporte y periodismo van de la mano en la innoble misión de anestesiar a la sociedad. El doping no es siempre química ni la intoxicación fisiológica, como se ve en competiciones donde el dinero ofrece ventajas sobre los rivales y en noticias cuya información rehuye el hecho deportivo. Personajes como Bernard Tapie representan la senda del amancebamiento entre deporte, medios de comunicación, negocios y política que siguieron avispados tahúres como Florentino, Abramovich, jeques e inversores chinos hasta hoy.

Si usted ve, escucha o lee noticias de deportes, comprobará que marcan la pauta seguida por las noticias políticas y económicas. Comprobará que más del 50% de los contenidos están dedicados al bipartidismo (Madrid/Barça o PSOE/PP), que el cabestrillo de Bellingham tiene más presencia que el sistema táctico del Girona o que los ¿deportes? basados en la quema de combustible fósil acaparan más minutaje que baloncesto, tenis, balonmano, atletismo y los demás juntos. ¿Casualidad? No: es mercadotecnia.


Y no es el único paralelismo. Los hemiciclos del Congreso y del Senado se parecen cada vez más a las llamadas gradas de “animación” de los estadios donde ondean banderas fascistas, arden bengalas y campan a sus anchas el machismo, la homofobia, la xenofobia y el racismo. A esta gentuza le da igual ir al aeropuerto a las cinco de la mañana para insultar a los jugadores de su equipo que ir de noche a la calle Ferraz con muñecas hinchables para rezar un rosario. Ojo: las barras bravas han llevado a Milei a la Casa Rosada.

 

Pepe Morales

DAN NOTICIAS PARA QUE NO SE CONOZCAN, por Alfonso Jiménez

cristina cifuentes"La absolución del culpable es la condena del juez". Publio Siro, dramaturgo romano.

Qué mal funciona la Justicia en España. Pero qué bien y con cuánta picardía se escogen las fechas para difundir alguna de las sentencias judiciales. Veamos dos de las que nos han dejado caer en este macropuente en el que media España está de vacaciones o mirando el alumbrado navideño.

1.- Cristina Cifuentes: indemnizada con 30.000 euros

   Fue en 2011 cuando siendo ella solamente diputada del PP en la Cámara de Vallecas, fue pillada hurtando unas cremas en un súper Cecosa madrileño. Retenida por el servicio de seguridad, pagó el importe y el vídeo de su faena fue ocultado por razón de quien era. Por tanto, este incidente NO le impidió escalar cincos altos cargos más en política y así llegó a:

   Delegada del Gobierno del PP en Madrid, Diputada en la Asamblea de Madrid,(2012-2018), Vicepresidenta 1ª en la Asamblea de Madrid, Presidenta del PP  de Madrid y poco después Presidenta de la Comunidad de Madrid.  

    Pero, en marzo de 2018, una investigación de Eldiario.es reveló que Cifuentes había obtenido un máster de posgrado en la Universidad RJC sin ir a clase, sin examinarse y sin entregar trabajos. Y un mes después, OKdiario publicó el vídeo de las cremas (¿fuego amigo?), y Cifuentes tuvo que dimitir de la Presidencia de Madrid.

    A pesar de eso, las irregularidades de su máster le resultaron favorables, pues ella no fue condenada a nada, ni siquiera a título lucrativo. Fueron su asesora y una profesora, implicadas en la falsedad documental, quienes resultaron condenadas a dos años de inhabilitación, que luego le rebajaron a dos meses.

    Pero Cifuentes no quedó conforme e intentó sin éxito perseguir por lo penal a los dos periodistas de Eldiario,es y promovió un pleito civil contra Cecosa-Eroski para ser indemnizada por la filtración del vídeo de las cremas sustraídas, denunciando que se había violado su intimidad y pedía una indemnización de 450.000 euros.

    El juzgado de Primera Instancia num.82 de Madrid desestimó la demanda considerando que se trataba de una "grabación lícita tomada en un establecimiento público y no había prueba alguna de la participación de Cecosa en la divulgación de las imágenes".

   Poco después, Cifuentes recurrió esta sentencia ante la Audiencia de Madrid que sí falló a su favor, pero rebajando la indemnización a 30.000 euros. Fue entonces cuando Cecosa-Eroski hizo un recurso ante el Tribunal Supremo alegando que se trataban de hechos veraces y constitutivos de un ilícito penal cometido por un personaje público.

    Finalmente el Tribunal Supremo ha confirmado, en este macropuente, que la sentencia no es excesiva y que la cuantía de 30.000 euros no es exagerada. Eroski tiene que pagarla y NO OkDiario que fue el publicó el vídeo. Eso parece injusto.

2.- Indemnización a titiriteros "terroristas": 4.000 euros

   Hace siete años (2016), un juez de la Audiencia Nacional envió a prisión a dos jóvenes titiriteros, a los que acusó de enaltecimiento del terrorismo de ETA y allí permanecieron 5 días encerrados. Todas las teles dieron la noticia y hubo un linchamiento mediático publicando sus nombres y domicilios, pero la causa era tan disparatada que rápidamente fue archivada. Aún así OKdiario continuó tachándoles de "proetarras" muchas veces, por lo que los titiriteros elevaron recurso y ahora, siete años después, durante el macropuente, el Tribunal Supremo ha dictado que OKdiario deberá indemnizar con 4.000 euros a cada uno de los titiriteros

Conclusión.- Una vez más parece confirmarse que la justicia y el pueblo español actúan con mucha parcialidad según de quien se trate:

a) Cifuentes: absuelta de todo por su máster fraudulento;  sin reproche votante alguno por las cremas sustraídas y, además, indemnizada con 30.000 euros por causa del vídeo que ella dice lesionó su derecho al honor y a su intimidad.

b) Los dos titiriteros: directos a sufrir cinco días de cárcel  acusados por el juez de enaltecimiento del terrorismo; persecución mediática hasta después de haber sido archivada la causa; y finalmente, 4.000 euros de indemnización.

alfonjimenez.blogspot.com

Destacados

Lucena Digital

Prensa independiente. Lucena - Córdoba - España

Aviso Legal | Política de Privacidad | Política de CookiesRSS

© 2024 Lucena Digital, Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización