Las Plataformas de Las Mareas Blancas, por Juan Priego
Por desgracia, no siempre apetece escribir sobre temas bonitos que reconfortan y dejan un buen sabor de boca y si se detectan algunos acontecimientos, hay que sentirse solidario y retratarlos y compartirlos, como creo que se merecen.
Las más que justificadas protestas por todos los desmantelamientos que se están llevando a cabo en La Sanidad y La Educación Públicas, nos deberían motivar a implicarnos más y a aportar un granito de arena en lo que uno pueda, y según sus posibilidades.
Ayer domingo, en una mañana de octubre regada afortunadamente por la lluvia, asistí a una marcha protesta organizada por las Plataformas de Las Mareas Blancas para luchar por La Sanidad Pública y contra su intento de privatización por parte de la Junta de Andalucía, gobernada por el Partido Popular de Moreno Bonilla.
Me sentía emocionado, contemplando a tanta buena gente de los pueblos de Córdoba que llegaban marchando desde sus respectivas localidades hasta la entrada de la capital, donde eran recibidos por un buen número de cordobesas y cordobeses, que los acompañaban hasta la estación del AVE.
Allí llenaban la gran plaza de Las Tres Culturas y celebraban un acto fraternal para exponer sus reivindicaciones, y terminaba la marcha. Fue en esos momentos cuando me percaté de cuán pocos éramos, a pesar del éxito de la convocatoria, de cuanta buena gente había en esa plaza y cuantos hacen falta todavía para conseguir la Sanidad y la Educación Pública que nos merecemos y que está en La Constitución, que solo se cumple cuando interesa a “Ellos”.
Me di cuenta de cómo los poderosos se pasan por el arco del triunfo a las buenas gentes y a sus métodos democráticos para organizar protestas. Supe que, desgraciadamente “Ellos” sólo entienden sus propios métodos autoritarios, que ejercen cuando están en el poder. Cuando están en la oposición, siempre según
ellos ilegalmente, las protestas por los recortes a la Sanidad, así como a la Educación Pública, les importa una mierda.
“Ellos” solo persiguen favorecer a los suyos, los que más tienen, e ir en contra de los que menos tienen o no tienen nada. En todo caso unas limosnitas para hacer méritos y seguir siendo privilegiados en el más allá, como en el más acá y a seguir disfrutando de sus “ventajillas” como Dios manda.
Pero claro, puede llegar un día que los esclavos de siempre, dejen de ser buena gente y se rebelen de tanta miseria, frente a tanta opulencia y tantos millones de euros en tan pocos bolsillos, amén de los del portal de Belén y no se conformen con protestar pacientemente.
Si no cambian las cosas pronto, ese día llegará y lo que siento es que no será tan pronto como para que yo lo vea. ¿O quizás sí? Lo que sí es incuestionable es que, mientras tanto, hay que seguir propiciando las reclamaciones, las marchas para quejarse y no permitir impasibles como este andaluz de pacotilla y sus secuaces, se cargan lo que tanto costó conseguir.
Eso me lleva a esta reflexión sobre el presidente actual de la Junta de Andalucía:
Juanma Moreno Bonilla
Nunca fue buen estudiante
pero él amaba el dinero
y para tener bastante
no podía ser jornalero.
Su abuelo, que si lo era
a Barcelona emigraba
y vio como su cartera
poco a poco mejoraba.
Tras sus años catalanes,
a Málaga los Moreno retornaron,
Juan Manuel siguió sus planes
y en el PP, jovencito lo enchufaron.
Él presume de andaluz,
se olvidó de Barcelona
y verás la cara y la cruz
de esta engañosa persona…
Juanma Moreno Bonilla
ahora es barón del PEPÉ
andaluz de pacotilla
y el plumero se le ve.
Él manda en Andalucía,
no quiere subir salarios,
pero el suyo se subía
montantes extraordinarios.
Que sea pública la Sanidad
parece que no le agrada
y actuando con maldad…
¡Favorece con chanchullos la privada!
----------
Juan Priego
octubre 2024