La cronología que aguarda implacable, por Juan Priego
A partir de ahora, con la victoria de Trump, el mundo padecerá más calamidades aún que las padecidas hasta ahora, salvo desgraciadamente las ocurridas en Valencia por la Dana, por el cambio climático y presuntamente por las negligencias de un presidente Carlos Mazón, que pronto deberá enfrentarse a
responsabilidades políticas y sobre todo penales.
Ayer tarde, 6 de noviembre, escuchaba por la Cadena SER la cronología con horarios y con las “no actuaciones” de los políticos de la Comunidad Valenciana con su presidente a la cabeza, que precisamente no estaba ni a la cabeza, ni a la cola.
Estaba desaparecido por motivos particulares, aunque a última hora ha cambiado su versión por una comida de trabajo (que no constaba en su agenda) y no contestaba ni a sus propios concejales. ¡No quiero ni pensar que estuviera durmiendo la siesta!
Contestó al teléfono después de las 19 horas y aún tuvieron que explicarle lo que estaba pasando antes de activar la alerta. Si, definitivamente creo que se habría quedado “traspuesto”.
Al volver a casa pude ver esta misma cronología por TV más gráfica, ya con fotografías y vídeos y, aunque algunas cosas el PP las borrara inmediatamente, las pude ver y las podrá ver cualquier juez, naturalmente que no sea como aquellos que solo ven lo que le presentan Asociaciones de derechas, a pesar de que estén hechos con recortes de prensa y con falsedades.
Cuando se observa con imparcialidad la cronología de sus actuaciones desde el primer aviso de la AEMET, se puede comprobar claramente su falta de operatividad cuando más se le necesitaba y sus inexplicadas y también inexplicables ausencias, que son presuntamente responsables de tantas víctimas
mortales y desaparecidas.
Si no estuviéramos en una democracia y en un país civilizado, el presidente Mazón tendría que enfrentarse a una pena de muerte. Yo no le deseo ninguna y mucho menos la que sus recientes antepasados ideológicos, con Franco a la cabeza imponían a sus oponentes: ¡El garrote vil!
Como si lo estamos, a pesar de algunos que quisieran impedirlo, tendrá que estar muy contento con dimitir, y cambiar su traje por un uniforme a rayas durante algunos años.
Y ya para terminar como de costumbre, sólo un par de estrofas, porque La Verdad como la flor puede brotar entre el fango:
La Verdad siempre reluce
Aunque esta cruel reflexión
no se merezca un poema
si merece un colofón
que deje más suave el tema.
Hay quien merece un castigo
que no se podrá indultar
y si empiezas a pensar…
¡ya verás que estás conmigo!
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Juan Priego
noviembre 2024