Hospital (HARE), ideología y política, por Pepe Morales
En 1965, tiempos en que José Solís ejercía de Ministro–Secretario General del Movimiento, declararon a Cabra cabeza sanitaria de la comarca Subbética. En 1975, Cabra solicitó al ministerio la construcción de un hospital que fue aprobada en 1976. Se dice que para el proyecto llevaron a Madrid un mapa trucado en el que la carretera Madrid–Málaga pasaba por la Fuente del Río en lugar del Paseo de Rojas. En 1982, fue inaugurado el Hospital Infanta Margarita. No merece la pena mirar atrás sino para constatar que el hospital es un cuarentón que necesita readaptaciones para cubrir las necesidades sanitarias de la población y remodelaciones como la realizada hace poco por 4 millones de euros.
Mirando al presente y al futuro, sin acritud, conviene saber que un Hospital de Alta Resolución (HARE) es un novedoso concepto (funcionan varios desde hace años en Andalucía) que dota al sistema de una organización estructural y funcional de los procesos orientados al usuario y a los resultados, con el objetivo de que las pruebas, exploraciones y tratamientos se realicen en un acto único y con la mayor brevedad posible.
Entre otras ventajas, estos centros permiten un mejor acceso a los dispositivos diagnósticos y terapéuticos; una disminución de los tiempos de respuesta de las pruebas diagnósticas, consultas externas y cirugía programada; una adecuada atención sanitaria urgente; una optimización de la cooperación asistencial entre atención primaria y atención especializada; y suponen una alternativa a la hospitalización convencional. No se trata, pues, de duplicar las funciones del Infanta Margarita sino de complementarlas con el HARE en Lucena.
Lucena tiene 43.000 habitantes y Cabra 20.000, por lo que es de justicia que se construya el HARE en Lucena al servicio de la población de la Subbética. El argumento de que existe un hospital público a 9 kilómetros no es racional ni responsable, sino la argucia para negar a Lucena y la Subbética algo esencial para aliviar el Infanta Margarita y mejorar notablemente la prestación sanitaria. Tampoco es de recibo la falacia de que no hay dinero: con el que desvía la Junta a la sanidad privada, hay más que suficiente para acometer ésta y otras infraestructuras en la Sanidad Pública andaluza.
El problema es ideológico: los actuales gobernantes locales, provinciales y autonómicos conciben la Sanidad como un negocio y no como un Servicio Público. Así lo demuestran las comunidades gobernadas por el Partido Popular, a la cola en inversión en la Sanidad Pública y a la cabeza en conciertos privados (desde que gobierna Moreno Bonilla, Andalucía lidera los ranking de no inversión y deterioro). Lo mismo sucede con otros Servicios Públicos como la Educación, la Dependencia o las Pensiones. Para optimizar los beneficios de la sanidad privada, son necesarias decisiones políticas de calado, como las tomadas por la Junta del PP, que fuerzan el deterioro de la Pública y promocionan negocios privados que se convierten en recolectores de dinero público vía concertación.
La súbita creación de un hospital privado en tiempo récord y la proliferación de chiringuitos sanitarios durante los últimos años en Lucena es más que sospechosa. Ningún consejo de administración de una empresa seria y solvente aprobaría jamás una inversión millonaria para ubicar un hospital donde está prevista la ubicación de un HARE, a 9 km del comarcal de Cabra, a 27 del HARE de Puente Genil, a 30 del comarcal de Montilla y a 54 del comarcal de Antequera. Cualquier estudio de mercado riguroso desaconsejaría la iniciativa… a no ser que el proyecto contemple datos fiables que garanticen la rentabilidad a corto y medio plazo. ¿Blanco y en tetrabrik?
Tras 20 años de reivindicaciones, el plan funcional del HARE de Lucena fue definido en 2017, el acuerdo entre la Junta (PP y C’s) y el Ayuntamiento (PSOE) fue firmado en 2019 y la definición pública del presupuesto y los plazos del mismo se fijaron en 2021. Jesús Aguirre (consejero de Sanidad) anunció, en sede parlamentaria, que la Junta reservaba los 26 millones necesarios para el HARE con un tiempo máximo de ejecución de la obra de cuatro años, por lo que la inauguración estaba prevista para 2025.
¿Qué ha pasado desde entonces, en tan corto espacio de tiempo? Cualquier mente malpensada puede atar cabos y relacionar aquella promesa electoralista con la situación de un gobierno necesitado de votos y la reciente negativa de la Junta con la posición sectaria (desechan los proyectos del PSOE) y prepotente (el negocio privado es lo único) respaldada por un Moreno Bonilla y un Aurelio sobrados de votos. Poco más.
¿Qué pasará a partir de ahora? Cualquier persona que observe y lea la actualidad política, debiera saber que cambiar de opinión y mentir es parte sustancial del bipartidismo. Saben que cualquier protesta o reivindicación ciudadana tiene una vigencia de apenas dos semanas, un mes a lo sumo, en la vorágine de noticias, falsas noticias y bulos que engulle cada día el electorado. Mezclar el HARE con la muy legítima reivindicación de un nuevo equipo de urgencias y unas instalaciones dignas para las mismas ha sido una concesión a estos trileros que, con cuatro euros, atenderán estas peticiones y repetirán hasta la saciedad que han satisfecho el 66% de las demandas. Espero estar equivocado.
Pepe Morales