Cuando un juez parece un sinvergüenza, por Juan Priego
Días pasados escuchaba en TV al juez Peinado haciendo unas declaraciones sobre el caso de la esposa del presidente del Gobierno, en las que decía que los ciudadanos estamos equivocados, que un juez no administra justicia sino que, solamente aplica las leyes.
Lo que se le olvidó decir es que, parece que demasiados jueces tienen dos cajones diferentes y abren uno para juzgar a los poderosos y afines y el otro cuando se trata de juzgar a los “roba gallinas” y enemigos ideológicos. Creo que cuando un juez es un sinvergüenza, es más sinvergüenza que nadie y se convierte sencillamente en una figura patética, en alguien repelente y abyecto.
Si, porque ese mismo honorable legado que los jueces, se han otorgado a sí mismos y con el que nos han hecho comulgar a los demás mortales, les sitúa en un pedestal tan alto, que estar ahí no es fácil y cuando uno se cae, la hostia es monumental y muy escandalosa.
Claro que, si nos remitimos a los hechos, ese juez que nunca mereció estar en ese pedestal, se irá sin pena ni gloria, dejando a los que le han defendido, ahogándose en sus propias miserias…
Ya hemos podido contemplar la magistral caricatura que el Gran Wyoming nos mostraba en un reciente y atrevido programa de humor de La Sexta, donde un artista clavaba su patética y bochornosa figura ante toda España, para la vergüenza del Poder Judicial, que ha permitido que el juez Peinado pudiera caer tan bajo, deshonrando así a La Magistratura.
Alguien que rige el destino de los demás cuando se equivocan, no tiene derecho a ser tan vil y tan canalla y prevaricar se queda ya, a la altura de una vulgar zapatilla…
Esto es lo que provoca ese personajillo qué, cuando aparece en TV siempre va mirando hacia atrás, quizás temeroso de su propia actuación como juez desde que fue condenado (según ha publicado recientemente Elplural.com en exclusiva), a pagar 75.336 euros a una constructora por realizar obras en su chalet de lujo, que figura en el Catastro como un almacén...
Uno en su inocencia, se pregunta continuamente cómo no aparecen estos hechos en los telediarios de todas las cadenas de TV, por las mañanas, por la tarde y por la noche y cómo es posible que todos los partidos del gobierno progresista no presenten querellas por todas las actuaciones judiciales que les parecen prevaricadoras…
Y se sigue preguntando: ¿No será, que la respuesta apesta? Cualquier persona normal, cuando investiga, analiza, piensa y reflexiona sin pelos en la lengua, le dan ganas de utilizar ese ventilador, al que nos tienen acostumbrados tantos falsos políticos y tantos falsos periodistas, y devolverles el fango como ellos se merecen.
Pero para endulzarnos un poco el ánimo, despediré esta reflexión con algo más jocoso, que nos haga sonreír dentro de tanta basura:
Un juez no es alguien cualquiera
debe ser muy especial
y no actuar de manera
que pueda terminar mal.
A ver cuando analizamos
lo que no ha de hacer un juez
y a ver si nos enteramos
por fin de una puta vez.
Pocos jueces lo analizan
porque quieren hacer piña
y así se caracterizan
cual las aves de rapiña.
Flaco favor para el cargo,
quedan con el culo al aire,
porque ya viene de largo
esta clase de barbarie.
Hay un juez muy “despeinado”
qué hasta un lego en la materia
ve cómo ha prevaricado
y se hunde en la miseria.
Tiene sus causas pendientes
cual vulgar estafador
y no hace falta que inventes…
¡Está en cualquier “buscador!
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Juan Priego
marzo 2025